5 curiosidades sobre el yogur

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Curiosidad, qué bonita palabra. Es la fuente de conocimiento más antigua y más fiable de toda la historia. Porque cuando se despierta la curiosidad, no hay pereza que valga. En el mundo del yogur, hay muchas leyendas y curiosidades que seguramente nunca habrías imaginado. Por ejemplo, ¿sabías que un alimento parecido al yogur era “el elixir mágico” del ejercito mongol? Descubre esta y otras anécdotas y ¡alimenta tu curiosidad! 

1. Benditos accidentes

La penicilina, la dinamita o los fuegos artificiales. Estos y muchos más descubrimientos fueron fruto de un accidente. ¡Y qué accidentes!
Con el yogur, pasó lo mismo: surgió como consecuencia de almacenar la leche fresca en el interior de unas bolsas de piel de cabra. El calor y la piel, propiciaron la fermentación de la leche y dieron paso al yogur. 

2. Cosmética natural 

Cremas, peelings, mascarillas… Todos estos nombres que ahora nos parecen tan nuevos y cools, tienen un origen más que milenario. Y es que si buscamos la primera aparición de la cosmética femenina, probablemente aparecerá junto a ella el nombre del yogur. Hay indicios que ligan su uso como producto de belleza desde el año 2000 AC. ¡Alucinante! 

3. El famoso líquido del yogur

Sí, estamos hablando del suero, ese líquido semitransparente que muchas veces reposa sobre el yogur. Y es que todos nos hemos preguntado alguna vez qué es y si debemos comérnoslo. Pues aquí la respuesta: es la parte acuosa de la leche que se separa de la cuajada y está formado principalmente por agua, fósforo y calcio. Así que puedes tomártelo tranquilamente. 

4. ¡Larga vida al yogur!

Llevamos más de 70 siglos comiendo yogur. Sí, como lo lees. Es probable que el primer yogur fuera hecho (por un bendito accidente) en Mesopotamia cerca de 5000 años AC. Así que mientras estrenábamos la rueda, también estrenábamos el yogur. También se calcula que cerca del año 2000 AC, la mitad de la población mundial ya tomaba productos lácteos con frecuencia. 

5. Dieta de guerreros

Dice la leyenda que el fundador del imperio mongol, Genghis Khan, alimentaba a su ejército con una leche fermentada parecida al yogur. Los “kumis”, como se llamaban estos componentes esenciales de la dieta mongola, aportaban a los guerreros toda la bravura que el ejército necesitaba. O al menos, ¡eso creía Khan!