Los mejores trucos para aligerar las salsas

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Entre los mejores trucos para aligerar las salsas destacan los de tipo light para pasta. Por ejemplo, la salsa de tomate no tiene por qué perder sabor si se recurre a los ingredientes adecuados. Con tomates frescos o de lata, laurel, orégano, zanahoria rallada y albahaca deshidratada, puede lograrse. Sólo hay que pelar los tomates, picarlos, unir los ingredientes y cocer a fuego lento con el recipiente tapado.

Nuestras salsas favoritas

Otras opciones de nuestras salsas favoritas en versión ligera son estas:

Mayonesa, versión casera

En el caso de la mayonesa Light, la cantidad se reduce a casi la mita, con una media de 360 calorías por 100 gramos. Para conseguir una mayonesa ligera y baja en calorías, hazla tú misma. Toma 3 cucharadas de maizena cocida y dilúyela en agua, media taza de aceite de girasol, una pizca de sal, una cucharada de mostaza, un huevo, zumo de limón y una cucharada de vinagre. 

Aliño ligero de mostaza

La mostaza se convierte en la mejor alternativa para animar la mesa, pero es posible que su sabor te resulte demasiado intenso. Te proponemos rebajarla con una mezcla de yogur natural y miel. Para ello, mezcla en un cuenco 50 g de mostaza y 25 g de miel, añade 1 yogur natural y mezcla hasta conseguir una salsa homogénea.

Bechamel inofensiva

Seguro que nunca se te había pasado por la cabeza la posibilidad de una bechamel Light. ¡Pues es posible! Para prepararla necesitas: una taza llena de leche desnatada, una cucharada sopera de harina de trigo, una cucharada de aceite de oliva, sal y nuez moscada.

Para empezar, hay que diluir la harina lentamente en la leche fría y añadir después la sal y una cucharadita de nuez moscada para condimentar. Añade sal y nuez moscada. Una vez mezclados todos los ingredientes, cocina a fuego lento o al baño maría sin dejar de remover hasta que espese. Una vez obtenida la consistencia deseada, retira del fuego y mezcla bien. Puedes utilizarla para hacer lasaña, croquetas o guarnición.

Salsas para acompañar carnes o pescados

Las salsas que acompañan a estos alimentos son, por lo general, las más deseadas, pero también las más pesadas; sobre todo si llevan como base nata líquida, mayonesa o crema de leche. La clave está en sustituir la base por yogur natural, o uno de limón, o vinagre. Una de las más famosas se hace con crema ligera (nata light), cebolla frita en el microondas y champiñones rehogados con un poco aceite de oliva. Luego se pasa todo por la batidora y se sirve. Pollo y pescado son los platos más agradecidos.