La leche materna es una sustancia compleja que contiene la mezcla perfecta de carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas y minerales necesarios para un crecimiento sano. Aporta el mejor tipo de nutrición para el bebé, ayuda a protegerlo contra enfermedades e infecciones y fomenta sus defensas naturales.
EL mejor alimento del mundo para tu bebé
Gracias a los estudios científicos realizados sobre la leche materna, hoy sabemos que contiene nutrientes tan necesarios como:
· LCPs (ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga).
Los estudios científicos confirman que dos LCPs, en concreto los AA y DHA, se encuentran en la leche materna y son muy importantes para el desarrollo del cerebro, los ojos y el sistema nervioso y motriz del bebé. Por eso es tan importante que durante el embarazo y la lactancia lleves una dite rica en LPCs con pescado, carne y huevos.
Los pescados grasos como la caballa, las sardinas, el atún y el salmón son una fuente rica en AA y DHA, mientras que las carnes rojas lo son en AA.
Los LCPs también se pueden originar en el cuerpo partiendo de los ácidos grasos esenciales que se encuentran en las verduras de hoja verde, los frutos secos, las semillas y aceites vegetales. Sin embargo, este proceso no siempre es muy eficiente y podría no aportar suficientes LCPs para satisfacer las necesidades de los bebés de corta edad.
· Nucleótidos.
Los nucleótidos son los cimientos de todas las células del cuerpo, incluido el sistema inmunológico.
· Fibras prebióticas.
Las fibras prebióticas son nutrientes especiales que también ayudan a proteger al bebé dándole apoyo desde el interior.
Las bacterias beneficiosas existen de forma natural en el intestino y son capaces de combatir los gérmenes potencialmente dañinos. Las fibras prebióticas sirven de alimento para estas bacterias benignas, fomentando su crecimiento y así ayudando al bebé desde el interior.
Durante el embarazo, el intestino del bebé es estéril y sólo está protegido de enfermedades e infecciones gracias a las defensas básicas como la piel y las reservas de tus propios anticuerpos que le llegan a través de la placenta. Esto se conoce como inmunidad “pasiva”.
En un parto natural, el trayecto del bebé por el canal de parto le expone a tus bacterias que colonizan el intestino para ayudar a poner en marcha su sistema inmunitario y para fomentar el desarrollo de un estado “activo”.
Si te hacen una cesárea, las primeras bacterias con las que el bebé va a entrar en contacto son las del entorno hospitalario en vez de las del canal del parto. Se ha encontrado que existen diferencias en la flora intestinal de los bebés que nacen por sección cesárea.
Independientemente de si tu bebé nace por parto natural o cesárea, nutrir las bacterias benignas naturales del bebé por medio del consumo diario de fibras prebióticas favorece su digestión y su sistema inmunitario.
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