Cómo inculcar, sustituir y reforzar hábitos de vida saludables

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Una alimentación equilibrada y nutritiva es un hábito básico a la hora de llevar un estilo de vida saludable. Por eso es tan importante adquirirlo cuanto antes. De hecho, lo ideal es inculcarlo durante la infancia para que esté normalizado durante la adolescencia y la etapa adulta.

Sustituye los malos hábitos con otros más saludables y ve cambiándolos poco a poco. También hay que reforzar los hábitos que quieres mantener. Y lo más importante: Ten paciencia contigo mismo, los hábitos se adquieren con el paso del tiempo, nunca de la noche a la mañana. Puedes reflexionar sobre todos los hábitos que hay en tu vida, no solo los relacionados con la alimentación.

Inculcar nuevos hábitos de alimentación saludable en la infancia

Como comentábamos, lo mejor que podemos hacer es acostumbrar a los más pequeños a comer de forma saludable para que de mayores tengan interiorizados comportamientos que los llevarán a disfrutar de una alimentación más sana.

Hay algunas pautas que pueden ayudar a que los niños y las niñas adquieran hábitos saludables en casa:

Comer todos juntos. Al menos durante una comida al día se debe establecer un momento familiar en torno a la alimentación. Comer toda la familia, sin prisas y hablando sobre cómo ha ido el día nos permite disfrutar de la comida, masticar lentamente y notar todos los sabores y texturas.

Involucrarlos en las tareas relacionadas con la comida. Implicar a los niños y niñas en todo el proceso de comidas les estimulará a la hora de descubrir nuevos alimentos. En función de la edad, pueden ayudar a preparar un menú, escoger recetas, decorar los platos, coger algunos productos del supermercado, enseñarles a leer las etiquetas nutricionales, etcétera.

Actividades en familia. Preparar menús, hablar sobre los anuncios de alimentos que ven en la televisión, cocinar juntos… Son experiencias muy positivas que harán que los más pequeños tengan una buena relación con la comida.Sustituir malos hábitos por otros más saludables. Con el paso del tiempo se va haciendo más complicado cambiar según qué hábitos, sobre todo si están muy arraigados, pero hay algunos trucos que te pueden ayudar a conseguirlo. 

Identifica los hábitos que quieres cambiar. Sé consciente de aquellas cosas que quieres cambiar y apúntalas en un papel. Será más fácil si es una lista reducida, de 4 o 5 cosas.

Revisa los propósitos y concrétalos. Como más específico sea el cambio, más fácil será llevarlo a cabo. No es lo mismo pensar en comer más fruta que decidir que cada día a media mañana comerás una pieza de fruta.

Establece un plan de acción. Debes buscar la manera de tener presente el nuevo hábito y saber cómo lo vas a cumplir. Por ejemplo, tener una manzana en la mesa de la oficina te puede ayudar a ser más consciente de que debes comértela a media mañana.