Hemos oído hablar mucho de los alimentos de origen ecológico y de sus posibles beneficios para nuestra salud y la de nuestro planeta. Pero… ¿sabemos realmente qué es la alimentación ecológica? La palabra ecológico es sinónimo de orgánico o biológico. Para que un alimento pueda declararse “ecológico” hay unas reglas estrictas de producción que garantizan una calidad de los productos, un sabor único y respeto por el medio ambiente.
¡Reconocerlos es fácil, gracias a la “eurohoja” un símbolo distintivo obligatorio que sirve para diferenciarlos de los alimentos convencionales!
El aspecto más importante a tener en cuenta a la hora de elegir un producto ecológico es su sostenibilidad: los alimentos eco son más sostenibles porque no explotan la tierra ni son una amenaza para el ecosistema. Los alimentos ecológicos respetan el ciclo de vida de los animales y garantizan un nivel de salud en su vida, reflejando la consideración por el medio ambiente y la naturaleza.
La producción ecológica se diferencia de la convencional por utilizar técnicas tradicionales de cultivo, fertilizantes naturales y un suelo aprobado para su uso ecológico únicamente. Sus restricciones son también un diferencial: no se utilizan pesticidas para controlar las plagas, ni plantas manipuladas genéticamente (las que conocemos como transgénicos).
En ganadería, la ecológica prioriza el bienestar animal, alimentándolos a base de productos ecológicos y previniendo enfermedades que pueden producir el hacinamiento, los medicamentos y otras prácticas invasivas.
Referencias:
https://www.ifeelmaps.com/
Reglamento (UE) 2018/848 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de mayo de 2018, sobre producción ecológica y etiquetado de los productos ecológicos y por el que se deroga el Reglamento (CE) nº 834/2007 del Consejo